Llevan 25 días encerrados en el penal de Villa Urquiza y -al menos por el momento- no podrán salir. Es que ayer el juez Francisco Pisa dictó la prisión preventiva para los 10 policías de la Brigada de Investigaciones Norte acusados de pedir una coima de $ 30.000. Entre ellos se encuentra el ex jefe de esa dependencia, comisario Jorge Pereyra. Además, 18 uniformados que también pertenecen a la Brigada Norte fueron sobreseídos por el mismo caso.
La causa fue caratulada como "privación ilegítima de la libertad triplemente agravada y exacciones ilegales". Para realizar esa acusación, el fiscal Washington Navarro Dávila se basó, entre otras pruebas, en los reconocimientos que hicieron las víctimas en una rueda de personas por la que desfiló todo el personal de la Brigada Norte.
El hecho que se investiga ocurrió la madrugada del 25 de julio pasado, cuando el agricultor chaqueño Juan José Vallejos ingresaba a Tucumán en su camioneta por la ruta 9 y fue detenido en un control policial. La víctima, que viajaba con su hija menor de edad y un amigo, contó en su declaración que primero le dijeron que había cometido una infracción y que luego le pidieron dinero para permitirle continuar viaje. Como no tenían esa cantidad ($ 30.000), los llevaron detenidos a la base de la Brigada Norte, situada en Yerba Buena.
Recuperaron la libertad recién al mediodía siguiente, cuando trasladaron a Vallejos al Correo Central para que retirara un depósito y pagara la coima. Entonces la víctima le contó lo que estaba sucediendo a un empleado de la institución, quien dio aviso a la Policía.
Los acusados
Los uniformados que habrían participado en el falso control policial -según la acusación- son Juan Donato Pérez, Néstor Javier "Caña" Díaz, José Roberto Lazarte, Ariel Alejandro Paz, Antonio Manuel Alberto Núñez y Esteban Arturo "Dodó" González. Además, en la Brigada Norte estaban de guardia esa madrugada Cristian Oscar Córdoba y Miguel Ángel Vaca. Los dos le dijeron al fiscal que no sabían nada del pedido de coima. Incluso Córdoba adujo que esa noche estuvo enfermo y que tomó un analgésico que le produjo sueño. Sin embargo, ambos fueron señalados en los reconocimientos de personas.
A la mañana llegaron el jefe de la dependencia (Pereyra) y el segundo jefe José Justino Ponce. Ellos dos también fueron reconocidos por las víctimas y Navarro Dávila consideró que no podrían haber desconocido lo que pasaba en la dependencia.
Además, Pereyra fue registrado por las cámaras de seguridad ubicadas frente al Correo Central. Primero estacionó unos pocos minutos por calle 25 de Mayo y más tarde, cuando el escándalo había estallado, se lo vio parar por calle Córdoba. El comisario reconoció ante el fiscal que estuvo allí, argumentando que fue a averiguar qué estaba pasando, tras conocer que había una denuncia, comentó una fuente tribunalicia.